domingo, 25 de enero de 2015

NO NOS PODEMOS ESCONDER

En muchas ocasiones creemos que podemos escondernos de Dios, que nadie está viendo lo que estamos haciendo o que simplemente Dios no nos conoce ni nos entiende.

Sin embargo, la Biblia dice que "no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta." Hebreos 4:13

Esta puede ser una palabra perturbadora o alentadora. Debes saber que no hay nada de lo que eres o haces que esté escondido de Dios. Por esa razón si piensas hacer algo incorrecto, debes saber que Dios lo sabrá; no hay nada que se esconda de Él.

Para los que esperamos en Él podemos tener la confianza que Él nos conoce más que nosotros a nosotros mismos; por esa razón podemos estar tranquilos ante Él, sin intentar ocultarnos ni disfrazarnos; pues el sabe nuestras debilidades y nos fortalece.

domingo, 4 de enero de 2015

EL PODER DE LA PALABRA DE DIOS

La Palabra de Dios es un arma eficaz y poderosa que rompe la esclavitud del pecado que hay en el corazón de las personas.

La Biblia es una guía segura que nos acerca al corazón de Dios y nos enseña su verdad, su camino y su vida.

En nuestros corazones pueden haber muchas cosas que nos atan a una vida infeliz, como el odio, el rencor, la duda, el recuerdo de un pasado triste, experiencias vividas, etc. Y estoy seguro que no hay arma más poderosa para destruir todas estas ataduras que la Palabra de Dios.

La Biblia dice que: "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" Hebreos 4:12

Los que hemos tenido el privilegio de vivir con Dios un tiempo, creo que podríamos estar de acuerdo con esta escritura.

La Biblia es sumamente poderosa para destruir las fortalezas del pecado, para guiarnos a la verdad de Dios, para iluminar nuestros pasos por senderos de paz y alejarnos de los caminos oscuros por los cuales el diablo quiere dirigirnos.