Sabemos que el amor de Dios por nosotros es incondicional y prueba de ello es el sacrificio de Jesucristo en la cruz. Sin embargo, al acercarnos a él sí hay unas condiciones que debemos cumplir según el autor de hebreos:
"acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura" Hebreos 10:22
Las cuatro condiciones para acercarnos a Dios son la sinceridad, la fe (confianza), la pureza y la presencia de su Espíritu en nuestros corazones.
Jesús pagó el precio para que nosotros pudiésemos estar cerca de Dios, pero no podemos esperar presentarnos a Dios con un corazón mentiroso o llenos de duda e inseguridad y esperar que nos responda. No podemos esperar que nos oiga si tenemos conflictos con nuestros hermanos o estamos impuros delante de él y no nos hemos arrepentido de corazón.
Al recibir a Jesucristo somos sellados con la presencia de su Santo Espíritu, el cual nos permite estar con confianza delante de Él. Cumplamos estas condiciones y disfrutemos de la comunión que el Padre quiere tener con cada uno de nosotros para que lo conozcamos.
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