COMUNIÓN ÍNTIMA CON DIOS

La comunión con Dios hace referencia a una comunicación directa y continua con Él.

Una de las cosas hermosas que Jesús nos ofrece es esto: ESTAR SIEMPRE JUNTO A NUESTRO CREADOR.

Podemos entender comunión como una amistad. Podemos ser amigos de Dios si obedecemos sus mandamientos; y solo entonces disfrutaremos de su compañía y calor de Padre.

La Biblia dice: "Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado." 1 Juan 3:24

Dios nos ha escogido para hacer de nuestros corazones una habitación para Él. Esto solo es posible si con nuestra obediencia le decimos "ERES BIENVENIDO". Todos los días cenaremos con Él y Él con nosotros. Él será para nosotros por Padre y nosotros a Él por hijos.

Hay muchos mentirosos que hablan de Dios pero no lo conocen. Incluso hay personas a través de las cuales suceden milagros y prodigios y aún así no se salvarán por ser "hacedores de maldad". La comunión con Dios no reside en los milagros o actos de caridad que hagas (Dios te ha dado poder, pero el poder no lo es todo) sino en tu obediencia a sus mandamientos.

EL PODER DE LA OBEDIENCIA

Cuando obedecemos a Dios y buscamos agradarlo algo grande pasa a favor de nosotros. El cielo se abre y todo lo que pidamos Dios nos lo concederá.

La desobediencia trae consecuencias funestas para las personas pero, así mismo, la obediencia trae consigo consecuencias hermosas.

Cuando obedecemos se abre una escalera entre el cielo y la tierra donde todo lo que pidamos lo recibiremos; tendremos un canal de comunicación directo con el Reino de Dios.

¿Qué se debe hacer para que esto pase en nuestra vida? La Biblia dice: "y cualquiera cosa que pidiéramos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado." 1 Juan 3:22-23

Dios quiere que creamos en su Hijo y que nos amemos los unos a los otros. Si has probado las consecuencias de la desobediencia en tu vida, te animo a que pruebes el poder sobrenatural que traerá la obediencia para el bien de tu vida y de tu familia.

SEAMOS PUERTA ABIERTA

Si hemos decidido creer en Dios podemos convertirnos en puerta abierta o en puerta cerrada para los demás.

Nos convertimos en puerta cerrada cuando predicamos y no aplicamos, pero nos convertimos en una puerta abierta cuando amamos de verdad y de hecho; nos convertimos en una puerta abierta que lleva directamente al cielo.

La Biblia dice que: "Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad." 1 Juan 3:17-18

Los versículos hablan por sí mismos. SEAMOS PUERTA ABIERTA Y AMEMOS DE VERDAD.

UN DESCANSO GENUINO

Todos las personas buscamos un camino para seguir y elegimos a uno o varios modelos a seguir para nuestra vida.

Es normal, pues Dios puso eternidad en el corazón del hombre para que se pregunte por su esencia y su camino y así pueda llegar de nuevo a Él.

La Biblia nos enseña el camino verdadero que trae descanso al corazón del hombre; al corazón del hombre que vive buscando respuestas sin hallar ni una sola: "En esto  hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos." 1 Juan 3:16

Jesús nos enseñó que el amor era el verdadero camino que nos acercaba a Dios de nuevo. La misericordia es la clave central de su enseñanza. Él se entregó por amor a la humanidad y así nos enseñó el camino que debemos seguir, la senda por la que debemos transitar: LA MISERICORDIA.

Cuando nos oramos por la necesidad del otro, cuando ayudamos con nuestros bienes a los que necesitan nuestra ayuda, cuando abrimos nuestro corazón para dar un consejo a tiempo: ESTAMOS CAMINANDO POR EL CAMINO QUE TRAE DESCANSO PARA EL ALMA.

¿CÓMO RECONOCEMOS A UN HIJO DE DIOS?

Hace poco leí una pregunta interesante en una comunidad en Internet: ¿Cómo sabemos que somos hijos de Dios?

Pues bien, la Biblia dice: "En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano no es de Dios." 1 Juan 3:10

La Biblia nos manda a amarnos los unos a los otros. Es más, dice que sabemos que somos hijos de Dios si amamos a nuestro prójimo.

El mundo está lleno de personas que dicen ser cristianas y no los son. Esto ha afectado la forma como el mundo ve a los cristianos; sin embargo no debemos extrañarnos de eso pues el mismo Jesús advirtió que pasaría.

Si en verdad queremos ser luz para las personas del mundo debemos amar de corazón a nuestro hermano como Jesús nos ha amado a nosotros. Así sabremos con confianza que, en verdad, somos hijos de Dios.