Jesús es el Señor, el Hijo de Dios, el Cristo; Es la imagen misma de la sustancia de Dios. Es el espejo visible a través del cual podemos conocer al Dios invisible.
Los profetas hablaron de su venida y propósito; y en el pasado ellos y los ángeles proclamaban las palabras de Dios y se cumplían a cabalidad.
Ahora, el Hijo nos ha hablado y nos ha hecho participantes de su salvación, esto es, de la vida eterna, del conocimiento de su Padre, el Dios Vivo.
Dios mismo ha dado testimonio de su Hijo a través de los milagros y señales que hace a través de los creyentes. Si creemos esto, entonces no descuidemos nuestra salvación y no nos separemos nunca de la mano de Jesucristo que es la que se extiende para traernos vida y abundancia de paz.
La Biblia dice que: "¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad." Hebreos 2:3-4
Si en nuestro corazón está esta confianza, permanezcamos en ella sin dudar, pues fiel es el que prometió y cumplirá.
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