Todos caminamos por este sendero que es la vida; y todos aquellos que caminamos de la mano de Jesús nos hemos percatado que no es un camino fácil de seguir, tal como Él mismo nos lo advirtió en los evangelios.
Las fuerzas se pueden perder, las rodillas se pueden cansar y, en ocasiones, tendemos tambalear en el camino. El autor de Hebreos nos advierte acerca del peligro que conlleva rechazar la gracia de Dios y nos anima a restaurar nuestras fuerzas pues al final de camino habrá una recompensa para el que lo sigue con fidelidad.
La Biblia dice: "Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado." Hebreos 12:12-13
Que hoy sea la oportunidad para analizar nuestro camino y pensar si hay desánimo en nuestro corazón, si hemos estado perdiendo la pasión por Dios y su obra o si hay en nuestra alma algo que se está torciendo del camino recto de Dios como orgullo, contienda o amargura. Es nuestra responsabilidad cuidar nuestro camino.
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