jueves, 26 de septiembre de 2013

ASOMBROSA GRACIA

La Gracia se refiere a un regalo inmerecido. Es cuando nos dan algo sin que hayamos hecho ningún mérito para tenerlo sino por el simple y puro amor.

Imagina que quieres comprar el tiquete para entrar a un crucero y trabajas toda tu vida para obtenerlo y aún así no te alcanza el dinero; pero luego viene alguien y te lo regala solo porque sí.

Esa es la gracia. No importa cuánto hayamos hecho para ganar nuestra salvación, nuestros esfuerzos hubieran sido insuficientes; fue por eso que Dios nos la quiso regalar, solo porque nos ama no por nuestras obras ni por nuestros méritos; sino por quienes somos para Él.

Lo que tenemos que hacer es aceptar ese regalo mediante la fe en Jesucristo, su hijo, y cuidar ese boleto para que nos pierda en el camino; es decir, obedecer sus mandamientos y vivir de acuerdo a su Palabra.

Dicho de otra manera, debemos amar al otro porque Dios nos amó primero. La obediencia se convierte en un acto natural de uno que ha recibido el amor de Dios en su corazón y que, por tanto, tiene la capacidad y responsabilidad de irradiar ese amor al prójimo.

El que ama es el que ha creído en Jesús, es el que ha aceptado su gracia y es el que alcanza la salvación. Pero el que no ama en realidad no ha conocido a Dios.

La Biblia dice que: "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros." 1 Juan 4:9-11

viernes, 20 de septiembre de 2013

DIOS ES AMOR

¿En qué se mide cuánto conocemos a Dios? ¿Sabe más de Dios el que sabe más de la Biblia?, ¿Sabe más de Dios el que es capaz de decir más de 50 versículos de memoria?, ¿Sabe más de Dios el que puede decir sin titubear el orden de los libros de la Biblia? Creo que todos (excepto los orgullosos que creen conocer a Dios por estas cosas) estaremos de acuerdo en decir que no.

Pero entonces, ¿Cómo sé cuánto conozco a Dios? o mejor ¿Cómo sé que conozco a Dios?

La Biblia dice que: "Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor." 1 Juan 4:7-8

Debemos dejar de ser religiosos y preocuparnos por cosas vanas que para los hombres son importantes pero para Dios no tiene ningún significado. Debemos concentrar todos nuestros esfuerzos en aprender a amar a nuestro prójimo y procurar su bienestar como procuramos el nuestro. En verdad, esto es más fácil escribirlo que hacerlo; pero si es que queremos llevar el nombre de cristianos, es nuestro deber hacerlo una realidad. Entonces podremos decir con nuestra frente en alto: CONOZCO A DIOS Y SOY SU HIJO.

viernes, 13 de septiembre de 2013

CUIDADO CON LOS FALSOS PROFETAS

La Biblia enseña que hay falsos profetas acerca de los cuales tenemos que conocer, reconocer su existencia y saber alejarnos de sus enseñanzas para no ser engañados.

Estos profetas dicen actuar en nombre de Dios pero no reconocen a Jesús como el Cristo que descendió del cielo y resucitó al tercer día; sino que enseñan doctrinas de hombres sacadas de una imaginación descontrolada y muy alejada de la verdad.

Ellos engañan con sus palabras adornadas y hacen señales impresionantes pero no le dan la gloria a Dios sino que engañan a su Pueblo. De estos Jesús habló cuando dijo que muchos harían señales y prodigios en su nombre pero no entrarían en su gloria pues eran "hacedores de maldad".

La Biblia nos enseña como reconocer a estos personajes: "En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo." 1 Juan 4:2-3

No crean todo lo que escuchan. El hecho que alguien hable muy elegantemente o haga muchas obras buenas o muchos milagros no significa que venga de Dios necesariamente. Debemos probar las personas con el discernimiento del Espíritu Santo y pedir su dirección y sabiduría para saber reconocer a estos falsos profetas y alejarnos de sus falsas doctrinas.

lunes, 9 de septiembre de 2013

EL ESPÍRITU SANTO: LA MARCA DEL CREYENTE

El Espíritu Santo es la persona que Jesús nos dejó para consolarnos y guiarnos.

Con el Espíritu Santo tenemos un maestro que nos enseña y recuerda las enseñanzas de Jesús; un formador que nos moldea para tener el carácter de Cristo; un consolador que nos apoya siempre en nuestro diario caminar con Dios.

El Espíritu Santo es la misma presencia de Dios en la vida del creyente.

La Biblia dice: "Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado." 1 Juan 3:24

El Espíritu Santo nos hace saber que somos hijos de Dios. Nos da fortaleza y confianza para tener por seguro aquella promesa que aunque no vemos, la tenemos como firme ancla en nuestra vida: La vida eterna que Jesucristo prometió para los que creyeran en Él.

CON EL ESPÍRITU SANTO TENEMOS AL MEJOR AMIGO Y A NUESTRO FIEL COMPAÑERO DE VIAJE.

DILE: "¡ESPÍRITU SANTO TE NECESITO!"

Si estás perdido, desorientado, buscando el camino correcto, buscando algo que pueda llenar tu vida: ÉL ES LA GUÍA QUE NECESITAS: DILE CON TODO TU CORAZÓN "¡ESPÍRITU SANTO TE NECESITO!"